Hace unos meses las comunidades del barrio Las Delicias y del corregimiento Chimila, en el municipio de El Copey, Cesar, se organizaron para pavimentar sus calles. La actividad fue parte de una prueba piloto que le permitió a la administración municipal constatar que era viable trabajar de la mano con la gente. El alcalde Francisco Meza avanzó en la idea de convertir la participación comunitaria en la base de un megaproyecto de alto impacto que pudiera beneficiar a todo el casco urbano del municipio, además de los corregimientos Caracolicito y San Francisco De Asís.
Hace unos meses las comunidades del barrio Las Delicias y del corregimiento Chimila, en el municipio de El Copey, Cesar, se organizaron para pavimentar sus calles. La actividad fue parte de una prueba piloto que le permitió a la administración municipal constatar que era viable trabajar de la mano con la gente. El alcalde Francisco Meza avanzó en la idea de convertir la participación comunitaria en la base de un megaproyecto de alto impacto que pudiera beneficiar a todo el casco urbano del municipio, además de los corregimientos Caracolicito y San Francisco De Asís.
Meza explica que al inicio de la gestión recibió un municipio con alto endeudamiento “y con pereza fiscal para el recaudo”. Entre las principales necesidades estaba el mejoramiento de la infraestructura vial urbana. “De los más de 70 kilómetros de vías con los que cuenta el territorio urbano, actualmente tenemos solo 20 kilómetros pavimentados”. El alcalde precisa que, según registros de la administración que lo antecedió, para 2019 un kilómetro de vía urbana le costaba a El Copey entre 1.600 millones y 2 mil millones de pesos, dependiendo de las características de la obra.
Por tal motivo, al llegar a la alcaldía, Meza y su equipo revisaron los indicadores, buscaron alternativas para aprovechar la maquinaria que había adquirido el municipio, así como el material de arrastre como la grava y la arena con los que cuenta el territorio, “más las posibilidades que representaba el proceso de inclusión social de los mineros de subsistencia y la actitud proactiva que caracteriza a los copeyanos, y que ha estado al servicio de los proyectos de infraestructura “, explica.
Fuente: Semana